jueves, 24 de septiembre de 2009

Barreras de proteccion del organismo

Los mecanismos de defensa del sistema inmunológico son muchos y están a simple vista. La integridad estructural de las superficies tisulares supone una barrera a la penetración por los microorganismos. Dichas superficies tisulares deben son las que impiden el paso de patógenos potenciales. Un ejemplo de ellas son la piel y los tejidos mucosos. Para lograrse la infección o enfermedad, es necesario que los patógenos no solo se unan a las superficies de los tejidos, sino que también crecer en estos lugares antes de diseminarse a cualquier parte del cuerpo. Estas superficies deben estar intactas, ya que el que estén lesionadas facilita el acceso de los microorganismos.

  • La piel:
    Es una barrera eficaz a la penetración de microorganismos gracias a las glándulas sebáceas que esta posee. Las secreciones producidas por las glándulas sebáceas, el sudor y los ácidos grasos inhiben el pH de la piel, inhibiendo la colonización de bacterias patógenas y convirtiéndolas en sustancias antimicrobianas que eliminan microorganismos patógenos. La piel cuenta con una enzima llamada lisozima, que elimina bacterias. También se encuentra en las lágrimas y secreciones respiratorias y cervicales. Dicha producción de lisozima varía con la edad y se puede percibir con el grado graso de la piel. Otro componente de la piel es la queratina, que es una proteína protectora que los hongos pueden hidrolizar en presencia de agua. (De ahí la importancia de mantenernos secos)


  • Mucosas

  • Sistema retículo endotelial

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